El invierno es la época en la que nuestra piel sufre un desgaste mayor debido a los cambios bruscos de temperatura. El frío y el aire, hacen que la piel se reseque provocando en algunas ocasiones descamación, grietas e incluso eczema.
Para que nuestra piel no sufra más de lo necesario a causa de las condiciones invernales te dejamos algunos consejos que te pueden resultar útiles:
- Ante el frío, conviene taparse adecuadamente con ropa de abrigo, gorros de lana, bufandas y jerséis de punto. Recuerda que tus manos son especialmente delicadas, por lo que requieren una mayor protección.
- El control del estrés en nuestra vida diaria es esencial para mantener una piel sana y bien cuidada. El estrés puede producir desequilibrios hormonales que afectan directamente a nuestra piel y, a su vez, consecuencias indirectas que también la dañan de algún modo (falta de sueño, fumar, beber).
- Bebe mucha agua, hidrata tu piel desde el interior. De esta manera retendrá todo su brillo.
- Hidrata tu piel con la crema hidratante que más de adapte a tus necesidades. Presta atención a las partes más expuestas, como las manos, las uñas, los pies y los labios.
- Utiliza crema protectora para tus labios, y evita la humedad excesiva. Los labios sufren mucho el frío y tienen a agrietarse, así que no conviene chupárselos si no se desea agravar el problema.
- A la hora de asearte, ducharte o darte un baño, utiliza jabones neutros y evita el agua muy fría o muy caliente, ya que las temperaturas extremas traumatizan la piel y pueden causar el rompimiento de vasos sanguíneos.
- Evita los excesos con la calefacción, ya que está emite sustancias que generan la muerte de las células cutáneas y eliminan la humedad natural de la piel, resecándola. Conviene mantener en tu hogar o lugar de trabajo una temperatura adecuada (20 o 21ºC) con una humedad que oscile entre el 40 y el 70%.
- Protégete del sol. En invierno también estamos expuestos a las radiaciones solares. Los radicales libres siguen actuando en esta época del año, así que no te olvides de los protectores solares.
- Come fruta fresca, a ser posible con cáscara, pues ahí es donde se almacenan las vitaminas y también verduras, contenedoras de antioxidantes naturales.